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El primer ministro iraquí exige desde Nayaf a los milicianos que abandonen de inmediato la ciudad

El primer ministro interino de Irak, Iyad Alaui, se ha trasladado hasta la ciudad santa chií de Nayaf, escenario en los últimos días de cruentos enfrentamientos entre los milicianos del clérigo radical Muqtada al Sadr y las tropas de EEUU. Desde allí, ha exigido a los rebeldes, que han desafiado el ultimátum del gobernador, que abandonen la localidad de 'inmediato' y depongan las armas.

"Deseamos que esta situación termine lo antes posible", declaró el dirigente iraquí tras llegar a la ciudad santa. Para ello, señaló "los hombres armados deben abandonar este lugar sagrado de inmediato, dejar las armas y volver a la ley y el orden".

Los combates entre milicianos del "Ejército del Mahdi", que dirige el clérigo radical chií Muqtada al-Sadr, y soldados estadounidenses proseguían hoy de forma intermitente a pesar del ultimátun lanzado desde la Gobernación para que los rebeldes pongan fin a los ataques.

Unidades de Infantería de Marina norteamericana, apoyadas por cazabombarderos y helicópteros artillados, trataron de penetrar en varias posiciones a las puertas de la ciudad, desde donde fueron respondidas por los milicianos, añadieron las fuentes, citadas por la cadena de televisión árabe "Al-Arabia".

Cientos de muertos

El enfrentamiento armado entre los partidarios de Al-Sadr y las fuerzas invasoras repuntó el pasado viernes, tras dos meses de tensa calma.

Según el mando militar estadounidense, en los últimos dos días han matado más de 300 milicianos, cifra que niega el Ejército del Mahdi", que solo reconoce la pérdida de once de sus combatientes.

Anoche, centenares de milicianos desafiaron el ultimátum dado por los marines y el gobernador de la ciudad, Adnan Zureifi, para que se retiraran de Nayaf, y se lanzaron a las calles armados con fusiles y pistolas, explicó la referida televisión árabe.

Los milicianos protestaban y amenazaban al gobernador de Nayaf, a unos 170 kilómetros al sur de Bagdad, al que acusaban de ser "un juguete" en manos de las tropas norteamericanas.

El nuevo reto de Al-Sadr ha alertado al resto de clérigos chiíes, que han instado a buscar una "solución pacífica" para evitar un conflicto como el que el pasado abril costó la vida a centenares de personas en Nayaf y la ciudad vecina, y también santa chií, de Kerbala.

Al-Sadr, un clérigo de 33 años partidario de la orientación más radical de chiísmo, organizó una insurrección armada el pasado mes de abril en el centro y sur de Irak con su llamamiento a la desobediencia civil. Tras meses de silencio, la semana pasada repitió el llamamiento y amenazó con una nueva insurrección contra las tropas de EEUU y el nuevo Gobierno interno iraquí, al que acusa de ineficaz y colaboracionista. Desde el Ejecutivo, con miras a lograr la paz, se ha invitado al clérigo radical a participar en las elecciones generales.

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